martes, 9 de febrero de 2010

Las palabras vuelan, lo escrito permanece


Estás a punto de leer un nuevo libro. Recógete, adopta la postura más cómoda: sentado, tumbado, ovillado, acostado. Acostado de espaldas, de costado, boca abajo. En un sillón, en el sofá, en la mecedora, en la tumbona, en el puff, en la hamaca, si tienes una hamaca. Sobre la cama, naturalmente, o dentro de la cama. También puedes puesto cabeza abajo, en postura de yoga. Con el libro invertido, claro. La verdad, no se logra encontrar la postura ideal para leer... Bueno, ¿a qué esperas?. Extiende las piernas, aloja también los pies sobre un cojín, sobre los brazos del sofá, sobre el escritorio, sobre el piano, sobre el globo terráqueo. Quítate los zapatos, primero, si quieres tener los pies en alto, si no, vuélvetelos a poner. T ahora no te quedes ahí con los zapatos en una mano y el libro en otra. Regala la luz de modo que no fatigue la vista. Hazlo ahora, porque cuando te hayas sumido en la lectura ya no habrá forma de moverte.


Si una noche de invierno un viajero


Italo Calvino

1 comentario:

  1. Me gusta tu blog. El diseño es fenomenal y las selecciones de libros y cuentos más que recomendables. Un saludo de tu compi del curso de blogs. Manuel

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